El pasado fin de semana la Escuela al completo viajó a Valencia, es el segundo año que asistimos a este Torneo y la verdad que la experiencia siempre es muy buena, organización impecable, buenísimos equipos y siempre siempre, ganas de volver.
La verdad es que el segundo día fue duro, con dos categorías en la final y mucha ilusión acumulada ver como se les escapan dos finales por una prórroga se hace duro. Yo nunca jugué a un deporte de equipo, quizás por eso me cueste entenderlo y asimilarlo, los niños tras la derrota lloraban y lloraban y nada les consolaba, pero de todo se aprende como dicen los sabios.
Al pasar por delante de los padres del equipo que acababa de ganar a los Pre Benjamines oí algo que en aquél momento de rabia no me consoló para nada, pero ahora desde la distancia me doy cuenta que da sentido a éste deporte tan fantástico por el que nuestros hijos se dejan la piel. Un padre dijo, es fantástico ganar sobretodo cuando se juega con un equipo que ha jugado tan dignamente, pues si, cualquiera de los dos pudo ganar esa final, porque cualquiera de los dos lo merecía, porque al final lo importante aparte del resultado es darlo todo se haga lo que se haga.
Como esos padres que animaban a sus equipos con pasión desenfrenada, pero siempre respetando al contrario y al árbitro, animar en positivo, desde la ilusión que mueve a todos los que amamos este deporte, aunque no entendamos bien las reglas, aunque nos den pereza los madrugones, todos tenemos claro que todo lo aprendido en el camino les servirá en el futuro, fantásticas lecciones para la vida.
Cris