No pudo ser, y el Sitges cayó en la final de la copa por un claro 49 a 25. El partido quedó marcado en sus inicios, con dos ensayos tempraneros de los ingenieros que destapaban la gran debilidad hoy de los sitgetanos, la defensa. Por contra, el Sitges en ataque proponía un juego alto de ritmo y capaz de arrinconar en su campo al rival, que supo sufrir sin balón para minimizar los daños de la ofensiva sitgetana. El juego al pie del apertura rival, castigando especialmente uno de los flancos de la última línea sitgetana les daba aire en sus peores momentos, y la fragilidad defensiva sitgetana, acentuada en sus tres cuartos, era un comodín que los ingenieros utilizaban desplegando un juego rápido y efectivo.
El 28 a 5 del descanso era justo aunque, quizás, excesivo.
Todos éramos conscientes de que las posibilidades de volver al partido pasaban por elevar el nivel defensivo.
Los primeros minutos de la reandación encendieron una pequeña luz después de un ensayo y un golpe que acercaban el marcador a un 28-15…pero querer no siempre es poder, y los ingenieros mataron el partido principalmente gracias al juego de sus tres cuartos, rápidos y precisos. El partido no cayó en ningún momento a pesar de resolverse mediada la segunda mitad, los dos equipos siguieron ofreciendo un juego rápido y dinámico que permitió ver a dos equipos jóvenes que tienen un buen futuro por delante.
Fué una bonita y digna final de copa, con un buen arbitraje y un muy buen ambiente, enhorabuena a Enginyers que fué un justo campeón.
Felicidades a todos los jugadores sitgetanos, por su esfuerzo y por haber representado a nuestro club con mucho orgullo y honor, y siempre gracias a todos los aficionados que vinieron a apoyarnos.